Hoy en día la actualidad la marca los costes elevados en la energía, la luz, el gas… y también afecta al agua. Producimos una gran variedad de desperdicios con problemas muy diferentes. Plásticos, cristales, papeles, aparatos y una gran cantidad de materiales penetran en nuestros edificios, ya sean bloques de pisos o casas particulares, adosados, etc… a lo largo de su vida. Un piso en particular y mucho mejor si es el bloque en conjunto, al igual que una casa, debe ser capaz de deshacerse de sus residuos y en la medida de lo posible reciclar o ayudar a hacerlo.
Entonces hablamos de eficiencia energética. Un concepto muy de moda en los últimos años, ya que cada vez más nos preocupa el planeta y esto es importante para nuestro planeta y también cada vez más esto afecta a nuestros bolsillos.
Partimos de la base que los problemas del agua originan un aumento del consumo energético. ¿A que es debido?
El agua que llega a nuestra casa procede de la red municipal en su inmensa mayoría. El agua que llega está correctamente tratada de tal forma que el usuario la recibe limpia y sanitariamente potable; aunque, en ocasiones, incorpora impurezas o componentes que interaccionan con las tuberías, los equipos y las instalaciones y pueden originar problemas que afecten a la eficiencia energética de los diversos circuitos en un edificio.
Un mantenimiento de las tuberías y los desagües en todos estos sistemas es básico, un correcto tratamiento y control del agua será pues esencial para evitar un consumo energético excesivo. Los principales problemas que puede ocasionar el agua pueden ser tres.
Partículas en suspensión
Aunque el agua del sistema municipal llegue limpia y libre de impurezas para hacerla potable, debido al arrastre y erosión en las redes de distribución, el agua de red puede contener partículas en suspensión Estas partículas, pueden ocasionar averías en intercambiadores de calor, grifería, etc. y además favorecen el desarrollo de procesos de corrosión por aireación diferencial y pueden ser el origen de contaminaciones microbiológicas.
Incrustaciones
En nuestro país en algunas zonas el agua puede contener calcio y magnesio disueltos los cuales ocasionan la formación de depósitos de cal en el interior de calderas, calentadores, intercambiadores de calor, electrodomésticos y tuberías. Estas incrustaciones calcáreas impiden el correcto funcionamiento de los equipos y además actúan como un aislante térmico que evita la correcta transmisión del calor. Este hecho aumenta considerablemente el consumo de energía además del tiempo requerido para calentar el agua.
La corrosión
Causas como la química del agua, el diseño de la instalación y las condiciones de funcionamiento, pueden favorecer a veces el desarrollo de procesos de corrosión en algunos metales, y esto puede acabar originando fugas de agua, desarrollo de microorganismos en los óxidos (que actúan como nutrientes) y formación de biocapas. En todos estos casos el rendimiento energético de las instalaciones se reducirá considerablemente.
Por esto lo importante de un correcto tratamiento y conservación de los fluidos caloportadores las tres problemáticas anteriormente explicadas, asociadas al agua, deben evitarse para mantener una adecuada eficiencia energética en las instalaciones de tuberías y desagües en un edificio o casa.
Para un correcto mantenimiento será necesario conocer las características del agua y las sustancias que incorpora, y atendiendo a su uso y a las tipologías y equipos presentes en un circuito, definir las diversas problemáticas que pueden darse en esos circuitos y de ahí los tratamientos que pueden efectuarse para mantenerlos en perfecto estado de funcionamiento y con una óptima eficiencia energética.
Así conseguiremos y evitaremos que el gasto energético aumente progresivamente y controlar el gasto económico y mejorar la eficiencia energética por el bien común y el cuidado del planeta
En Limpiezas y desatascos Salou siempre te recomendaremos la mejor alternativa para el óptimo cuidado de tus tuberías y desagües.
